Los deportistas que consumen sustancias o emplean métodos prohibidos se exponen a un riesgo enorme y pueden sufrir consecuencias económicas, legales y sociales, además de que su salud puede verse seriamente perjudicada.

PARA LA SALUD

Físicas: En función del tipo de sustancia, la dosis y la regularidad de su administración, estos medios pueden tener efectos secundarios muy graves para la salud. Algunos de los daños infligidos al organismo no tienen vuelta atrás, mientras que otros efectos secundarios pueden incluso poner en serio peligro la vida de los deportistas.

Psíquicas: Algunas sustancias prohibidas no solo producen efectos secundarios físicos, sino que también pueden modificar y perjudicar la psique de las personas. La ansiedad y las alucinaciones e incluso las psicosis crónicas son algunos de los efectos demostrados que puede producir el dopaje

Sociales: Las repercusiones negativas de los controles de dopaje con resultado positivo pueden afectar a los deportistas de por vida: el dopaje no solo implica un riesgo para la salud, sino también la pérdida de la admiración, el respeto y la credibilidad. Una vez que se ha registrado un positivo, los resultados negativos obtenidos a posteriori suelen ser cuestionados por los medios de comunicación y el entorno del atleta. La mala reputación perdura en la consciencia colectiva, el deportista se queda solo. Quienes se dopan no solo engañan a los demás, sino también a sí mismos.

ECONÓMICAS

La violación de las disposiciones antidopaje, sobre todo en el deporte de élite, puede tener como consecuencia la imposición de multas y la obligación de devolver dinero de patrocinadores y premios. Aquellos deportistas que tienen prohibido dedicarse a su disciplina durante varios años o para siempre ya no pueden ganarse la vida de la misma manera y, en el peor de los casos, llegan a endeudarse, puesto que deben seguir pagando sus gastos corrientes o incluso devolver elevadas sumas de dinero

LEGALES

El dopaje puede tener serias consecuencias legales: las personas relacionadas con el dopaje pueden sufrir penas que les alejen de por vida de las competiciones deportivas y los entrenamientos federados. Cuando se establece por primera vez que un deportista se ha dopado, por lo general se le prohíbe desempeñar su actividad durante varios meses.

Si vuelve a incumplir las disposiciones antidopaje, lo más probable es que no pueda volver a practicar deporte a nivel profesional en su vida. En el caso del fútbol, si se detectan positivos en un equipo, todo el conjunto puede quedar descalificado. En el Mundial de 1994 en Estados Unidos, Diego Armando Maradona tuvo que abandonar el torneo porque dio positivo por efedrina. En algunos países, quienes se dopan pueden incluso ser juzgados fuera del ámbito deportivo y llegar a ser castigados con penas de cárcel.

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